Barbería - peluquería en la Sierra de Hoyo de Manzanares

Meryma'at, el barbero en el culto de Amón. La inscripción en su falda es una oración a ese dios que solicita ofrendas de comida y bebida y una vida feliz para su ka o fuerza vital. En origen se acompañaba de una estatua de su esposa que se ha perdido, pero su mano se puede ver en el hombro. Los jeroglíficos en su pecho dicen Amón y su forma refleja claramente el estilo de Amarna

La barbería o peluquería es el oficio de cortar, afeitar y acondicionar el pelo o cabello, así como vender champús, tintes, pomadas y otros productos destinados al mantenimiento y embellecimiento capilar.

Historia

El primer barbero del que se tiene constancia es Meryma’at. La estatua que lo representa fue hallada en la tumba número 45 del Cementerio Bajo de Tebas (actual Luxor) y se la fecha en torno al 1.300 AC, hacia al final de la 18º dinastía o comienzos de la 19º. Era el barbero de los sacerdotes del templo de Amón, mediante un ritual en el que cada 3 días les afeitaba íntegramente todo el pelo del cuerpo, pues de esa manera debían presentarse antes de realizar los ritos.

Ya en el siglo V antes de Cristo en la Antigua Grecia, los hombres hacían reuniones para filosofar sobre la vida, la política y la sociedad, mientras realizaban cuidados generales a su cabello y barba. Y en el 269 AC tenemos constancia de Ticinius Mena, uno de los precursores de barbería en Roma, donde eran conocidos como tonsores y las barberías tonstrinae.

Barbero trabajando, estatuilla griega del siglo IV AC. Museo de Bellas Artes de Boston

Peluqueras trabajando, relieve romano del siglo III DC. Städtisches Museum de Tréveris

Ferdinando Brandani o el barbero del Papa Inocencio X. Velázquez, 1650. Museo del Prado

Con la caída del Imperio Romano la profesión de los barberos tomó una extensión más grande abarcando campos del conocimiento fuera de su propia naturaleza: barberos autorizados invadieron el dominio de la cirugía, llegando a desempeñar otras funciones más propias de dentistas o médicos. Durante la Edad Media los clientes no sólo acudían a cortarse el pelo, sino también a sacarse dientes y someterse a operaciones sencillas de cirugía como sajar diviesos, vendar úlceras o realizar sangrías. Por este motivo los barberos se constituyeron desde muy temprano en cofradía, corporación profesional que los amparaba y reglaba.

A pesar de las diferencias que existían entre los barberos y los cirujanos, éstos no ponían obstáculos cuando un barbero destacaba en sus conocimientos en cirugía, a recibirlos en su colegio y en dispensarles de la lengua latina en sus exámenes. Exigían solamente que dejasen las bacías y renunciasen al oficio de barbero y, de hecho, hubo barberos que entraron en los colegios de cirugía y se distinguieron por sus talentos y sus conocimientos prácticos.

Con el avance de los estudios reglados de medicina en el siglo XV y XVI se van estableciendo diferencias más definidas entre lo que puede hacer un barbero y lo que no, imponiéndose normas que llegan hasta el método de desplazamiento, pues mientras los médicos podían utilizar caballerías en sus desplazamientos, los barberos no. Debido al aumento de la población hispana y considerando también la americana en 1500 se dictó una disposición proveniente de los Reyes Católicos, Isabel y Fernando, con los siguientes señalamientos:

...Mandamos que los Barberos Examinadores Mayores de aquí en adelante no consientan ni den lugar que ningún barbero, ni otra persona alguna pueda poner tienda para sangrar, ni echar sanguijuelas, ni ventosas, ni sacar dientes ni muelas, sin ser examinados por los dichos nuestros Barberos Mayores...

El charlatán sacamuelas, por Theodoor Rombouts. Hacia 1623. Museo del Prado

Operación quirúrgica, por Davis Terniers. Hacia 1630. Museo del Prado

Operación quirúrgica, por Davis Terniers. Hacia 1635. Museo del Prado

Cervantes en Lepanto, detalle. Augusto Ferrer-Dalmau. 2017

La barbería consigue en esa época su mayor reconocimiento, que la transciende y la inmortaliza como quizá a ninguna otra profesión, y es que el casco elegido por Alonso Quijano en sus aventuras es una gran bacía de barbero. Así homenajea en 1605 Miguel de Cervantes en Don Quijote de la Mancha a su padre, Rodrigo de Cervantes, uno de los más reputados cirujanos - barberos de Valladolid a mediados del siglo XVI . En tal extremo plasmó Cervantes en su inmortal obra el oficio de su padre, que de hecho El Quijote se convirtió en un magnifico referente de medicina con múltiples casos muy bien descritos. El historiador cervantivo Lúdovik Osterc documenta la anécdota en la que, a finales del siglo XVII, el médico de cámara del rey inglés Guillermo III solicitó consejo al más eminente colega de su reino, el doctor Thomas Sydenham, sobre qué libro debería leer para aumentar sus conocimientos profesionales: Sydenham le aconsejó que leyera el Quijote.

A continuación se transcribe la mención en el capítulo XXI del Quijote, Que trata de la alta aventura y rica ganancia del yelmo de Mambrino, con otras cosas sucedidas a nuestro invencible caballero:

Es, pues, el caso que el yelmo y el caballo y caballero que don Quijote veía era esto: que en aquel contorno había dos lugares, el uno tan pequeño, que ni tenía botica ni barbero, y el otro, que estaba junto a él, sí; y, así, el barbero del mayor servía al menor, en el cual tuvo necesidad un enfermo de sangrarse, y otro de hacerse la barba, para lo cual venía el barbero y traía una bacía de azófar y quiso la suerte que al tiempo que venía comenzó a llover, y porque no se le manchase el sombrero, que debía de ser nuevo, se puso la bacía sobre la cabeza, y, como estaba limpia, desde media legua relumbraba...

Don Quijote y Sancho Panza. Monumento en Alcalá de Henares, siglo XX. Se aprecia perfectamente la bacía

Visita del cura y el barbero a don Quijote por Miguel Jadraque. 1880. Museo del Prado

El barbero del lugar, por Jan Miel. Hacia 1660. Museo del Prado

En esos años la diferenciación de las profesiones se va haciendo mayor, y ya se establecían claros límites entre las ocupaciones de los cirujanos de carrera y de los cirujanos de cuota, como era el caso del padre de Cervantes: así, los quehaceres de éstos últimos, los barberos - cirujanos, eran bizmar o aplicar bizmas, una especie de cataplasmas, emplastar o poner emplastos, que eran unos medicamentos glutinosos que se extendían sobre una tela y se aplicaban al cuerpo, además de llevar a cabo cirugías menores.

Es de capital importancia señalar la decisiva influencia a nivel mundial que para el oficio de la barbería tuvieron las relaciones comerciales entre el Imperio Español y el Imperio Chino desde el siglo XVI al XVIII. Los intensos intercambios no sólo se circunscribieron a la hispana Filipinas con las cercanas costas asiáticas, sino que también fueron muy importantes las colonias chinas que se establecieron en Manila durante las dinastías Ming y Qing y sus relaciones con la línea comercial que unía el archipiélago asiático con América, el famoso Galeón de Manila que arribaba a Acapulco. Entre los beneficiosos frutos de tan larga relación pacífica entre dos imperios, para la barbería supuso su extensión mundial tal como hoy la conocemos: llevó al imperio asiático las modernas herramientas y técnicas españolas del oficio y proporcionó a los emigrantes chinos de un oficio con el que integrarse en la cultura hispana hasta tal punto que según las crónicas del siglo XVII, alrededor de 1630, la mayoría de los barberos de México DF eran de origen chino.

Barbería. Pedro Rodríguez de la Torre. 1878. Museo de Jaén

Aún en el siglo XVII, en caso de necesidad, los barberos se constituyen como un cuerpo auxiliar de los cirujanos: tal es el ejemplo que se observa en el cuadro de 1732 sobre la epidemia de peste de los meses de primavera - verano de 1679 y que se conserva custodiado por la Pontificia y Real Archicofradía de Nuestra Señora del Rosario en la nave de la epístola de la Iglesia de Santo Domingo de Antequera, en Málaga, España. En él se pueden verificar los diferentes métodos curativos empleados por los barberos - cirujanos, así como el riesgo que corrían por su evidente exposición.

Placa en la casa despacho de Fígaro, el barbero más famoso de la cultura occidental, siglos XVIII y XIX. Sevilla, 1992

Para finales del siglo XVIII la barbería se ha circunscrito de nuevo a sus reales orígenes, siendo el último recurso sanitario que se practicó el de la extracción de dientes. La especialidad ya había nacido en 1557, cuando el médico Francisco Martínez del Castrillo, preocupado por la práctica tan deficiente de los cirujanos y barberos flebotomianos sacamuelas y la rivalidad que existía entre éstos y los médicos con título universitario, publicó el primer libro que trata exclusivamente de afecciones de la cavidad oral, sus causas y tratamientos, dando así carta de naturaleza a la odontología y llegando a recibir el nombramiento de médico de la boca de Felipe II. Pero no es hasta finales del mencionado siglo XVIII cuando las dos profesiones se separan definitivamente.

El oficio moderno

Monumento a Fígaro, por Jean Barnabé Amy. Siglo XIX

Y volviendo a sus auténticos orígenes es como renacen la barberías ya en el siglo XIX como lugares de encuentro social con gran fuerza, alejados ya del dolor de las enfermedades y reencontrados como lugares dedicados al cuidado y embellecimiento. Y vuelve igualmente la obra y la herencia cervantina a entronar el oficio en el imaginario mundial, ya que Pierre-Agustín de Beaumarchais crea su personaje, Fígaro, inspirado en la obra de Miguel de Cervantes, El celoso Extremeño, así como en un barbero sevillano de la época. Escribió una trilogía que será la base para que dos grandes músicos compongan dos óperas que suponen sendos hitos culturales de todos los tiempos: Las Bodas de Fígaro de Wolfgang Amadeus Mozart en 1786 y El Barbero de Sevilla de Gioachino Rossini en 1816.

Señaladas figuras han utilizado desde entonces el pseudónimo de Fígaro, como el caso del escritor español Mariano José de Larra, cuyo hijo Luis Mariano de Larra escribió el libreto de la zarzuela El barberillo de Lavapiés, que con música de Francisco Asenjo Barbieri se estrenó en 1874. Y en 1901 se estrenó la zarzuela El barbero de Sevilla de Gerónimo Giménez. Todo ello abunda en la importancia de la barbería como lugar de encuentro y debate, característica que se mantiene a día de hoy.

La barbería - peluquería en Hoyo de Manzanares

Isaías trabajando en su peluquería. Noviembre de 2020

El oficio en el pueblo se ha transmitido de manera tradicional en los últimos siglos, mediante la ancestral figura del aprendiz.

En la actualidad existen cinco peluquerías en Hoyo de Manzanares: Elsy, Formas, Formas y Brillos, Isaías y Versace, estando las tres primeras más orientadas al público femenino y las dos últimas al masculino.

Además de la peluquería, se llegan a ofrecer otros tratamientos de belleza capilares, faciales y corporales, además de masajes.

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