Saltamontes de alas azules - Oedipoda caerulescens

El saltamontes de alas azules posee una gran adaptación al color del suelo

El Saltamontes de alas azules (Oedipoda caerulescens) es una especie de la familia de los Acrididae del gran suborden de los caelíferos.

Dentro de los muchos saltamontes que habitan Hoyo de Manzanares y su sierra destaca especialmente por su esbeltez, belleza y colorido, con las mencionadas alas intensamente azules.

Distribución

Ejemplar con las alas abiertas

Es la especie más extendida del género Oedipoda en Europa: toda la cuenca mediterránea, llegando hasta el norte de Alemania, aunque todavía existen poblaciones aisladas en Dinamarca y sur de Suecia . En Asia se extiende hasta Mongolia. Está protegido en toda Europa y está clasificado como en peligro de extinción en la Lista Roja de Suiza y Alemania.

Presente en toda la Península Ibérica, en Hoyo de Manzanares es común en los hábitats de su preferencia.

Morfología

Con un marcado dimorfismo sexual, los machos son más pequeños, entre 1,3 a 2,3 centímetros, mientras las hembras llegan a un tamaño entre 2 y 3 centímetros. Con un tórax grueso y un abdomen relativamente delgado. Tienen alas largas y estrechas y fuertes patas relativamente cortas.

Ejemplar en el El Palancar. Octubre de 2018

La coloración puede variar desde un gris claro hasta casi negro y a menudo también se encuentran coloraciones ocres y marrones rojizas: ésta viene determinada por una adaptación al color del suelo, formándose las tonalidades gradualmente en el estado larvario, siendo los adultos capaces de cambiar de color. El dorso y las patas traseras tienen dos o tres franjas anchas y oscuras. La característica más llamativa, como se ha mencionado, es el color azul transparente de las alas traseras, que contiene una banda transversal oscura. Además, las patas traseras pueden tener un ligero color azul.

Hábitat y comportamiento

De marcada preferencia por hábitats sin humedad con vegetación baja y abierta: dunas, páramos, praderas sobre arena y rocas iluminadas por el sol. Aprovechan muchos lugares transformados por la actividad humana: escombreras, canteras, pozos, el balasto de las vías férreas...

Se alimenta de pequeñas plantas y puede llegar a volar unos diez metros. A diferencia de otros saltamontes, cuya primera opción en caso de peligro es el salto, prefiere quedarse quieto usando su camuflaje. En la reproducción, la hembra deposita los huevos en el suelo perforándolo profundamente: después del invierno, las ninfas se incuban llegada la primavera. Hasta llegar a la fase adulta, los machos tienen cuatro mudas, siendo cinco para las hembras.

Diferentes ejemplos de su gran adaptación a la coloración del suelo que habita

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